lunes, 27 de abril de 2015

HISTORIA DE LA ALIMENTACIÓN


Esta semana vamos a explorar la relación de la alimentación y los complejos procesos de la Historia humana.






Lee el siguiente enlace:
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/08/22/actualidad/1377194367_062232.html



Segundo enlace:
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/04/19/madrid/1334831770_002585.html

Tercer enlace:

http://www.marqalicante.com/exposiciones/Catalogo/3/hallstatt_en_la_edad_de_bronce-C105.html
Adh 1 eso hispania romana from Aula de Historia
Fuente 4: Las lentejas de los iberos
En la antigüedad la península Ibérica estaba habitada por un abigarrado mosaico de tribus mal avenidas que se dividían en dos grandes familias: los celtas, en la meseta y el norte, y los iberos en el sur y levante.
En esta babel de pueblos no existía conciencia alguna de globalidad, fueron los buhoneros fenicios y griegos, llegados en busca de metales, quienes consideraron la península una unidad y la llamaron España, que en fenicio significa «tierra de conejos». El prolífico conejo ha sido la proteína del pobre a lo largo de nuestra accidentada historia. Ya entonces debía de serlo y esto explica que los autores antiguos lo mencionen con insistencia. El método de caza era la liga o mediante la viverra, el hurón hispánico, pero seguramente también habría conejos domésticos, criados con hierba que recogerían los niños en los baldíos, a las afueras de los poblados, como en la depauperada España de la más reciente posguerra. Polibio, que anduvo viajando por gran parte de la península a finales del siglo II a. C., dice: «El conejo se asemeja a la liebre, pero tiene otra forma y sabe algo distinto al comerlo». Los gourmets los preferían inmaduros, cuando el gazapillo tiene exactamente dos bocados, incluso neonatos: «Los gazapos sacados del vientre de su madre o cogidos en la época de la lactancia, sin vaciarles el vientre —explica Plinio— son considerados un bocado exquisito. Se les llama laurices».
«España se asemeja a una piel de toro extendida —leemos en Estrabón—. Casi toda ella está cubierta de montes, bosques y llanuras de suelo pobre y desigualmente regado… —No obstante, en la cuenca del Guadalquivir—: Los pastos son tan buenos que la leche de los ganados que allí pastan no hace suero (…) es tan grasa que para hacer queso hay que mezclarle mucha agua y si no se sangrasen las bestias cada cincuenta días, se ahogarían».
Estrabón probablemente exagera.
Debido a los cambios climáticos las cosas habían venido a menos desde los tiempos de Atapuerca. No obstante, quedaban todavía sólidos vestigios de los antiguos bosques, los encinares y alcornocales, los hayedos y robledales y, aunque las verdes praderas habían desaparecido casi por completo, todavía había buenos pastos para los rebecos y los caballos salvajes e incluso espejeantes lagunas pobladas de ánsares, fochas y avutardas. Ya no abrevaban en los ríos las grandes manadas de búfalos y elefantes de antaño, pero inquietas colonias de nutrias y castores daban vida a unas aguas que seguían siendo trucheras y limpias. En los montes tampoco faltaban los acebuches (parientes del olivo), las higueras y hasta la dulce vid.
A esta tierra llegaron los fenicios en busca de metales hace casi tres mil años. No tardaron en entenderse —el negocio les iba en ello— con una serie de caudillos locales que acataban la autoridad de un régulo más fuerte, el legendario “Argantonio, el rico, feliz, longevo y pacífico Argantonio.
Desde entonces y durante un milenio, hasta la conquista romana, muchos viajeros procedentes del civilizado Oriente llegaron a la península con ánimo de lucro. Algunos describieron en sus relatos las pintorescas costumbres de los feroces y entrañables españoles, incluyendo su cocina y su medio de vida. Los rudos lusitanos del río Duero, por ejemplo, se alimentaban casi todo el año de unas recias tortas de harina de bellota que cocían sobre las brasas y les duraban mucho tiempo. Sabían fabricar recipientes de madera en los cuales calentaban la sopa arrojando dentro piedras calientes (un procedimiento usado hasta hace muy poco en algunas aldeas pirenaicas).
«Viven como espartanos —anota Estrabón—, se bañan en agua fría y no hacen más que una comida mesurada y sencilla sólo beben agua comen principalmente carne de cabrón —el macho de la cabra—, naturalmente a veces beben zythos (cerveza) y cuando consiguen vino, que es muy escaso, lo consumen enseguida en grandes festines. En lugar de aceite usan manteca, comen sentados en bancos construidos alrededor de las paredes, alineándose en ellos según edad y dignidades; los alimentos pasan de mano en mano; mientras beben, danzan los hombres “al son de trompetas saltando en alto y cayendo en genuflexión». Además de la danza, su folklore incluía los sacrificios humanos y la amputación de manos a los prisioneros.
Más al norte, los astures observaban la higiénica costumbre de enjuagarse la boca y lavarse los dientes con orines rancios. «Se lavan con los orines guardados durante algún tiempo en cisternas —se horroriza Estrabón— y se limpian los dientes frotándose con orines». La práctica puede parecer repugnante, y quizá lo sea para la idea convencional que tenemos de la higiene, pero por los días en que redacto estas líneas ha aparecido, en —El País de las Tentaciones— (12 diciembre 1997, p. 38), un artículo que nos ilustra sobre las ventajas de la orinoterapia. Al parecer, la orina es un tónico eficaz para combatir los más variados males físicos y psíquicos: alopecia, gripe, alergias, depresiones y estados de ansiedad. Además purifica la sangre, tonifica la piel y suministra nutrientes al organismo.
Por lo visto su virtud reside en que contiene la hormona folículo estimulante o FSH. Todos los días se aprende algo nuevo.
Volviendo a los pueblos prerromanos, los del centro, los celtíberos eran famosos porque tiraban la casa por la ventana cuando tenían que agasajar a un forastero. Una parte del cumplido consistía en agarrar una buena curda con la bebida nacional, el hidromiel, una mezcla de vino y miel fermentada al sol. El hidromiel continuó preparándose hasta el siglo XVII, aunque en esta época lo condimentaban con[…]”

Pasaje de: Juan Eslava Galán. “Tumbaollas y hambrientos.”
Fuente 5: Hambre y clases…
“Resulta lógico suponer que la gran mayoría de la gente que vivía en el Imperio romano era pobre. Los pobres eran hombres y mujeres libres que básicamente vivían al día, es decir, aquéllos que apenas tenían lo suficiente para vivir, que muy raramente podían ahorrar, invertir o emplear algo de dinero con el fin de cambiar su situación. El objetivo económico y psicológico que los dominaba era simplemente sobrevivir. Salir adelante era posible, pero no probable y, como se verá, no entraba en su mentalidad dar pasos en ese sentido. La obra de astrología Carmen Astrologicum da una definición muy parecida de la pobreza en el mundo grecorromano. La define como «no tener pan para llenar el estómago o ropa con la que vestirse» y «no tener el pan de cada día»”
“la fábula «El pescador y el pez»:
Un pescador que pescaba en el mar y vivía de lo que capturaba con su caña, pescó un pequeño pez de los que se fríen. Forcejeando, el pececillo rogó al pescador que escuchase su súplica: «¿Qué beneficio sacarás de mí? ¿Por cuánto me vas a vender? Todavía puedo crecer mucho más. Hace sólo unos días que mi madre me dio a luz entre las algas cerca de esta rocosa orilla. Déjame ir; no me mates por nada. Más adelante, cuando haya engordado alimentándome en el mar, seré un pez grande, digno de la mesa de un rico, y vendrás a pescarme de nuevo». Así habló el pececillo, mientras lloraba y respiraba con dificultad. Pero no logró convencer al viejo, el cual, mientras lo ensartaba en la cuerda donde colgaba los peces, respondió: «Es de necios dejar lo poco que tienes seguro en la esperanza de conseguir en el futuro algo que no lo es». (Babrio, Fábulas 6)”
Pasaje de: Robert C. Knapp. “Los olvidados de Roma.”
Fuente 6: La Gran Divergencia.
 “...Una tercera repercusión fue la invención de la cerveza. Al juntarse, la cerámica y los cereales (sobre todo la cebada) condujeron a la fermentación: posiblemente, ese proceso, que también debió de antojarse mágico, se descubriría también accidentalmente cuando la gente observara que si se dejaban reposar unas gachas ya pasadas «no se echaban a perder sino que sabían dulces y tenían ciertos efectos sobre la mente y las emociones». A su vez, eso condujo a la invención del vino, con sus consecuencias psicológicas y emocionales. En capítulos posteriores veremos que en realidad puede que el desarrollo de la cerámica tuviera mucho más que ver con la aparición del alcohol y de otras sustancias psicoactivas de lo que hasta ahora se ha pensado ...La cebada iba ligada a la elaboración de malta y, al fabricarse cerveza, se producía levadura que también facilitaba la producción de pan. Por último, al ir floreciendo el comercio, utilizarse cada vez más vasijas para transportar productos y tener estas que sellarse para impedir robos o daños durante su traslado, su contenido se fue identificando mediante una serie de fichas que, como también veremos en un capítulo posterior, generaron los primeros signos o símbolos, que, a su vez, se convertirían en letras, en escritura.”
(…)
Domesticación y dieta…
“Estos cinco episodios de domesticación independientes pero paralelos se produjeron en el IV milenio en zonas colindantes, de manera que en una amplia extensión surgió un mismo sistema de transporte, aunque las condiciones variaran desde Europa occidental hasta Mongolia (para Sherratt, esto supuso una revolución del transporte).9 En consecuencia, el Viejo Mundo estaba conectado, gracias al comercio y al movimiento de bienes, personas e ideas, de un modo que nunca se vio en el Nuevo Mundo.
Con todo, no solo se trataba del transporte. Primero llegó la leche (o, posiblemente antes, la sangre). En este sentido, el gran paso fue que los productos de los animales domesticados pudieran alimentar a la población sin necesidad de matar a las bestias, con lo que se conservaban los recursos. La leche, que atrae porque contiene un aminoácido, la lisina, del que carecen las dietas basadas en cereales, contiene también grasa, proteínas y azúcar, además de, por supuesto, calcio. Aparte de todo eso, puede transformarse en varios productos almacenables como el queso, la mantequilla y el yogur.
Sin embargo, ahora se sabe que gran parte del mundo (los pueblos mongoloides, los del Nuevo Mundo, los melanesios, los australoides, los joisán, muchos negros y alrededor de la mitad de los habitantes de los países mediterráneos) no pueden ingerir lactosa, el disacárido que solo se sintetiza en la glándula mamaria, y hace poco se ha enunciado la teoría de que la «tolerancia a la lactosa», tal como la conocemos, evolucionó hace poco en el norte de Europa para que sus habitantes asimilaran la vitamina D, a la que los pueblos meridionales accedían a través del sol y que, mediante el calcio, ayuda a prevenir el raquitismo. Se cree que la adopción de la costumbre de beber leche la demuestra el cambio de las formas cerámicas, que hizo que los cuencos abiertos fueran paulatinamente sustituidos por vasijas ideadas para verter líquido. Puede que también tuvieran algún tipo de función ritual, ya que el kumis, una bebida alcohólica derivada de fermentos lácteos, también comenzó a producirse en esa época.
“El hecho de que se criaran mamíferos domesticados para obtener su leche u otros productos, y que no se sacrificaran para ingerir su carne, supuso que los seres humanos y los grandes mamíferos tuvieran una relación más próxima en el Viejo Mundo que en el Nuevo. Y esto tuvo un enorme impacto en la transmisión de enfermedades, en la inmunidad frente a ellas y en las ideas respecto a los animales —de lo que eran capaces física y mentalmente, y del componente ético que conllevaba su cría— y todo ello influyó en la concepción que del hecho de matar animales se tenía .
Desde muy pronto, en el Viejo Mundo, al igual que en el Nuevo, las fibras vegetales constituyeron la base de los primeros tejidos. En América el algodón sustituyó a las pieles y los cueros, mientras que en el Viejo Mundo el lino fue la fibra vegetal más utilizada. Mucho antes del empleo de la lana ya se habían desarrollado complejos sistemas de tejido. La lana, que con el tiempo se convertiría en la fibra más importante del Viejo Mundo, surgió durante la urbanización de Mesopotamia..."
Patata.
“La primera manera de conservar la patata, conocida hoy en día como chuño, ya se utilizaba por lo menos hace 2.000 años, aunque probablemente su origen sea muy anterior. Normalmente, se seleccionan las patatas más pequeñas, se colocan en un terreno llano y se deja que se hielen durante la noche. El proceso continúa durante tres noches seguidas, pero de día las patatas se dejan al sol y se pisan. De este modo se prescinde del agua que pudiera quedarles y también de la piel. A continuación se deja que se hielen dos noches más y una vez secas pueden durar meses, años incluso, y utilizarse para hacer harina o en sopas, mezclándolas con carne. En la Antigüedad no se utilizaba mucho la carne de llama y nada su leche. La principal fuente de proteína animal era el conejillo de indias, que corría libremente por las viviendas.4
La patata podía plantarse en cualquier época del año, en muchas zonas se obtenía más de una cosecha y el factor que limitaba su producción eran las heladas. No obstante, cuanto más elevado fuera el lugar de cultivo, menos sabor solía tener la patata…”

Maíz
“El auténtico origen del maíz sí parece resuelto. Se desarrolló a partir de una especie silvestre anual, el teocinte, cuya zona de influencia se sitúa actualmente en torno a la región de Río Balsas, en el occidente de México, extendiéndose después hacia el oeste en dirección a Jalisco y hacia el sureste hacia Oaxaca, donde hay un antiguo yacimiento, el de la cueva de Guilá Naquitz, que muestra la presencia de teocinte en niveles datados entre los años 3420 y ± 60 a.C.10 En torno a 2500 a.C. la gente seleccionaba el cereal, buscando los granos de mayor tamaño para incrementar su nivel de proteínas y por la calidad del almidón. Por otra parte, alrededor del año 1800 a.C. se habían desarrollado mazorcas que carecían de raquis (tallo quebradizo), lo cual demuestra que la Zea ya dependía de los seres humanos para su dispersión.11 El maíz pasó por un largo período de mejora, aunque parece que experimentó sus cambios principales en torno al año 200 d.C.”
Al principio se usó parte del maíz para crear un especie de cerveza, pero...
“Si podemos decir que el desarrollo de la chicha constituye la primera fase del uso del maíz, la segunda tuvo lugar cuando se generalizó como cultivo durante el IV milenio a.C. (suele aparecer en los registros arqueológicos en torno al año 3500 a.C.). Con todo, en ningún sitio fue un elemento dietético primordial antes del I milenio a.C., de manera que este período en el que el maíz se convirtió en alimento básico podemos llamarlo tercera”

“La élite maya sí se volvió dependiente del maíz, pero no fue hasta el período comprendido entre los años 200 y 900 d.C., y ni siquiera entonces el conjunto de la sociedad dependió de manera uniforme de ese cereal. De hecho, hay algunas pruebas de que los hombres mayas comían más maíz que las mujeres, lo cual podría indicar, una vez más, que ese producto tenía una importancia más religiosa o ceremonial.19
En el mundo incaico, aún más posterior, que también abordaremos en otro capítulo, el cultivo del maíz se generalizó, aunque de nuevo fuera para la producción de chicha. En realidad, se recogían enormes cantidades de ese cereal para producir grandes cantidades de cerveza con fines ceremoniales, produciéndose traslados de poblaciones enteras para poder plantarlo. El cultivo y la distribución de sustancias embriagadoras fue algo primordial para el mantenimiento de la autoridad por parte de la élite incaica.”
(...)
“Parece que el hecho de que se valorara el maíz por sus propiedades psicoactivas hizo que se tardara más en apreciarlo como alimento. No cabe duda de que esto también tenía algo que ver con la calidad relativamente escasa del terreno de la selva, antes abordada, que tardaba mucho más en recuperar su fertilidad, y con la ausencia de arados, que obstaculizó la innovadora aparición de la siembra a voleo.
Por último, hay que tener en cuenta que el valor proteínico del maíz aumenta enormemente cuando va unido a los fríjoles (el maíz, los fríjoles y la calabaza se expandieron juntos por el Nuevo Mundo, de manera muy similar a como lo hicieron el trigo, la cebada y la avena en el Viejo). El maíz y los fríjoles, junto al amaranto y la salvia, acabaron difundiéndose mucho, pero quizá también se tardara cierto tiempo en descubrir las ventajas de consumir esas plantas juntas.”


Fragmento  de: Watson, Peter. “La gran divergencia.” CRITICA, 2012.







ACTIVIDADES:
Las 6 fuentes deben ser leídas y analizadas.
Fuente 1:
-resume qué especias utilizaban hace 6000 años y enumera los alimentos que se acompañaban:



Fuente 2:
-explica para qué servía la sal y qué importancia tenía en Hallstatt:


-Describe los principales hallazgos de Hallstatt:
-

-
Fuente 3:
-Describe las principales fuentes de alimentación carpetanas:

-Describe los objetos carpetanos:

-Fuente 4:
-Resume el texto en 5 ó 6 líneas.


-Comenta las costumbres de los Cántabros:


-Busca información sobre el hidromiel

Fuente 5:

-¿Cómo se definía la pobreza en la fuente 5?

-Busca un refrán español que sea similar a : «Es de necios dejar lo poco que tienes seguro en la esperanza de conseguir en el futuro algo que no lo es».

Fuente 6: Elabora un Esquema:

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