jueves, 1 de octubre de 2015

HACIA LA INDEPENDENCIA

1.- EL ORIGEN DE LAS COLONIAS




2.-PROBLEMAS ANTES DE LA INDEPENDENCIA:


“...En 1676, setenta años después de la fundación de Virginia y cien años antes de que liderara la Revolución Americana, la colonia se enfrentaba a una rebelión en la que se habían unido colonos fronterizos blancos, esclavos y criados, era rebelión tan amenazante que el gobernador tuvo que huir de una Jamestown —la capital— envuelta en llamas. Inglaterra decidió enviar mil soldados del otro extremo del Atlántico con la esperanza de restablecer la paz entre los cuarenta mil colonos. Ésta fue la rebelión de Bacon. Después de la represión del levantamiento, la muerte de su líder —Nathaniel Bacon— y el ahorcamiento de sus colaboradores, un informe de la Comisión Real describió a Bacon de esta forma:
Sedujo a la gente más vulgar e ignorante para que le creyera (dos terceras partes de la gente del condado son de ese pelaje), y así todos sus corazones y sus esperanzas estaban puestos en Bacon. Acto seguido acusó al Gobernador de negligencia y maldad, de traición e incapacidad, tildó de injustas y opresivas las leyes y los impuestos e hizo un llamamiento sobre la necesidad que había de cambio.”

“La Rebelión de Bacon empezó con un conflicto sobre la manera en que se había de tratar a los indios, que estaban cerca, en la frontera occidental, siempre en actitud amenazante. Los “blancos que no habían sido tomados en cuenta en el momento del reparto oficial de enormes porciones de tierra en las proximidades de Jamestown, se habían desplazado hacia el oeste para encontrar nuevas tierras, pero ahí habían topado con los indios. ¿Estaban resentidos esos virginianos de la zona fronteriza con el hecho de que los politicastros y la aristocracia terrateniente que controlaban el gobierno colonial en Jamestown les hubieran empujado hacia el oeste y el territorio indio, para luego mostrarse remisos a la hora de luchar contra esos indios? Eso podría explicar la naturaleza de su rebelión, que no se puede clasificar a la ligera ni de anti-aristocrática, ni de anti-india, porque era ambas cosas a la vez.”

“Corrían tiempos difíciles en 1676 «Había auténtica angustia social, pobreza de verdad. Todas las fuentes contemporáneas hablan del hecho de que la gran masa vivía en condiciones económicas muy difíciles», escribió Wilcomb Washburn, un estudioso que ha hecho un trabajo exhaustivo sobre la Rebelión de Bacon basándose en el estudio de la documentación...”
“Bacon tenía un buen pedazo de tierra, y probablemente sentía más entusiasmo por la matanza de indios que por el alivio de las necesidades de los pobres. Pero se convirtió en un símbolo del resentimiento masivo contra el establishment virginiano, y fue elegido para la Casa de Diputados en la primavera de 1676. Cuando insistió en la organización de destacamentos armados para luchar contra los indios, fuera del control oficial, Berkeley le acusó de rebeldía y lo hizo apresar, con lo cual dos mil virginianos entraron en Jamestown para prestarle su apoyo. Berkeley soltó a Bacon a cambio de pedir perdón, pero Bacon marchó, junto a sus milicianos, y empezó a atacar a los indios.
«La Declaración del Pueblo», redactada por Bacon en julio de 1676, muestra una mezcla de resentimiento populista contra los ricos y de odio fronterizo hacia los indios. Acusaba a la administración de Berkeley de infligir impuestos injustos, de nombrar «a dedo» a los altos cargos, de monopolizar el comercio de castores y de no proteger a los agricultores occidentales de los indios.
Pero en otoño, Bacon —que entonces tenía veintinueve años— enfermó y murió, porque —en palabras de un contemporáneo suyo— «montones de malos “bichos habitaban su cuerpo».
Después de aquello la rebelión no duró mucho. Una nave provista de treinta cañones empezó a recorrer el río York, convirtiéndose así en el garante del orden. Su capitán, Thomas Grantham, usó la fuerza y el engaño para desarmar a las últimas huestes rebeldes. Al llegar a la principal guarnición de los rebeldes, se encontró con cuatrocientos ingleses y negros armados, una mezcla de hombres libres, criados y esclavos. Prometió el perdón para todos y la concesión de libertad a los esclavos y criados, pero cuando embarcaron en la nave, los apuntó con sus grandes cañones, los desarmó y, finalmente, entregó a los esclavos y a los criados a sus amos. Las restantes guarniciones fueron vencidas de una en una. Veintitrés líderes rebeldes fueron ahorcados.

En Virginia había una compleja cadena de opresión. Los poblados indios eran saqueados por los blancos de la frontera, que a su vez padecían los impuestos y el control de la élite de Jamestown. Y toda la colonia era explotada por Inglaterra, que compraba el tabaco de los colonos al precio que ella dictaba y que para el rey suponían 100 000 libras anuales.
Según el testimonio del propio gobernador, la rebelión contra él contaba con el abrumador apoyo de la población virginiana. Un miembro de su Consejo informó de que la deserción era «casi general». y la atribuyó a las «perversas disposiciones[…]”

“Los criados que se unieron a la Rebelión de Bacon formaban parte de una extensa subclase de blancos muy pobres que llegaban a las colonias norteamericanas desde las ciudades europeas y cuyos gobiernos anhelaban su marcha. En Inglaterra, el desarrollo del comercio y del capitalismo en los siglos XVI y XVII, más el cercado de las tierras para la producción de lana, llenaron las ciudades de vagabundos. A partir del reinado de Isabel, se introdujeron leyes para castigarlos, encerrarlos en talleres de trabajos forzados o deportarlos.
En los siglos XVII y XVIII, a causa del exilio forzado, los engaños, las promesas, las mentiras y secuestros, unido a la necesidad urgente de escapar de las condiciones de vida en su país natal, los pobres que buscaban un pasaje a América se convirtieron en fuente de ingresos para negociantes, comerciantes, capitanes de navío, y, finalmente, para sus amos de América.”
“Después de firmar contratos en los que los inmigrantes aceptaban el pago de su pasaje a cambio de trabajar cinco o siete años para el amo, a menudo se les llevaba a la prisión hasta que zarpase el barco. Así no se escapaban. En el año 1619, la Casa de los Diputados de Virginia, nacida ese año como primera asamblea representativa de América (también fue el año de las primeras importaciones de esclavos negros), se “se encargó de estipular el registro y el cumplimiento de los contratos entre criados y amos. Como en todo contrato entre poderes desiguales, aunque en la documentación las partes aparecieran como iguales, el cumplimiento resultaba mucho más fácil para el amo que para el criado.

El viaje a América duraba ocho, diez o doce semanas, y los criados eran amontonados en los barcos con el mismo afán por conseguir beneficios que regía a los barcos negreros. Si el tiempo era malo, y el viaje duraba demasiado, se quedaban sin comida. Gotlieb Mittelberger, un músico que viajó de Alemania a América en 1750, escribió acerca del viaje:
Durante el viaje el barco se ve asediado por terribles señales de aflicción —pestes humos, horrores, vómitos, diferentes modalidades de mareo, fiebres, disentería, dolores de cabeza, calor, estreñimiento, furúnculos, escorbuto, cáncer, podredumbre bucal, y otras penalidades— todas ellas causadas por estar la comida pasada y demasiado salada, especialmente la carne, así como por el estado malo y sucio del agua. Añadan a esto la escasez de comida, el hambre, la sed, la escarcha, el calor, la humedad, el miedo, la miseria, la vejación, los lamentos y otros problemas. A bordo de nuestro barco , un día que tuvimos una gran tormenta, había una mujer que debía dar a luz, pero que en esas condiciones no podía. Pues la echaron al mar por una de las escotillas.”
“A los criados contratados se les compraba y vendía como a los esclavos. Un anuncio aparecido en el Virginia Gazette, el 28 de marzo de 1771, rezaba así:
Acaba de llegar en Leedstown el barco Justitia, con cerca de cien criados sanos, hombres, mujeres y niños. La venta empezará el martes 2 de Abril.”

Los criados pasaban en ocasiones miseria, hambre, no podían casarse o tener relaciones. No solían rebelarse, era más frecuente la huída. Pero los controles eran muy duros, y se reflejan en la propia constitución americana, donde se menciona que hay que devolver a su Estado a los que trabajan en una casa.
Una vez que dejaban de ser siervos las oportunidades eran limitadas. Unos pocos tenían la propiedad y los negocios.

Pasaje de: Zinn, Howard. “La otra historia de los Estados Unidos.” 1980.

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