lunes, 25 de abril de 2016

LAS TRANSFORMACIONES CIENTÍFICAS

Lee el siguiente texto de Peter Watson en su Historia intelectual del siglo XX:

EL TRANSISTOR

"...Así, por ejemplo, el carácter envidioso de William Shockley justifica mejor que ningún otro factor su gigantesca aportación a la historia intelectual del siglo XX. Puede decirse que esta contribución comenzó el martes, 23 de diciembre de 1947, .... Tenía los nervios de punta: quedaba poco para la hora en que había sido citado con otros dos colegas para presentar al director del laboratorio el nuevo dispositivo de su invención. Su tensión se debía sobre todo a que, si bien él era en teoría el responsable del trío, en la práctica habían sido los otros dos, John Bardeen y Walter Brattain, los que habían hecho el descubrimiento y lo habían ignorado a él. Durante la mañana comenzó a nevar. Esto, sin embargo, no disuadió a Ralph Bown, jefe de investigaciones de Bell, que llegó después del almuerzo. Shockley, Bardeen y Brattain sacaron su invento, un pequeño triángulo de plástico al que habían unido una lámina de oro por medio de un resorte fabricado a partir de un clip Este artilugio se hallaba dentro de otra pieza de plástico, transparente, con forma de ce mayúscula.
....Entonces, Brattain conectó el invento a un micrófono y a un par de auriculares que pasó a Bown. En voz baja, pronunció algunas palabras ante el micrófono, lo que provocó una penetrante mirada por parte de Bown. El científico se había limitado a susurrar, pero lo que oyó el director no tenía nada que ver con un susurro, y éste era precisamente el objetivo del aparato: la señal de entrada se había amplificado. El dispositivo que habían construido a partir de germanio, papel de oro y un clip era capaz de hacer aumentar casi cien veces una señal eléctrica.
Seis meses más tarde, el 30 de junio de 1948, Bown convocó a la prensa en la sede de Bell en la calle Oeste de Manhattan, que miraba al río Hudson. Levantó el trocito de nueva tecnología que tenía en la mano. «Lo hemos llamado transistor —expuso— porque consiste en un resistor o dispositivo semiconductor capaz de amplificar las señales eléctricas que se le transfieren». Bown tenía grandes esperanzas depositadas en el nuevo invento: en la época, los amplificadores empleados en los teléfonos eran toscos y poco fiables, y los tubos de vacío que cumplían la misma función en las radios eran voluminosos, se partían con facilidad y tardaban mucho en calentarse. La prensa, o al menos el New York Times, no compartió su entusiasmo, de tal manera que la noticia quedó relegada a una sección interior. Fue precisamente en este punto en el que tuvo éxito el carácter celoso de Shockley. Ansioso por hacer su propia contribución, no dejó en ningún momento de preocuparse acerca de los usos que podían darse al transistor. Habida cuenta del mundo que lo rodeaba, el de la sociedad de masas y la normalización, comprendió que si el transistor estaba destinado a la producción en serie, necesitaba ser más sencillo y resistente.

En realidad, el transistor no fue más que el desarrollo de dos inventos que habían surgido a principios de siglo...La invención de Shockley llegó en muy buena hora. No hacía mucho que se habían introducido en el mercado los discos de larga duración y los sencillos, que habían merecido un éxito inusitado, y el negocio de la música pop comenzaba a despegar. En 1954, el mismo año en que Alan Freed empezó a emitir R&B en sus programas, una compañía de Dallas llamada Texas Instruments se dedicó a fabricar transistores para las nuevas radios portátiles que acababan de salir a la venta a un precio módico (menos de cincuenta dólares), lo que las hacía ideales para escuchar pop all day long. Por razones que nunca han recibido una explicación satisfactoria, T. I. abandonó este mercado, que fue entonces adquirido por una compañía japonesa de la que nadie había oído hablar: Sony. ... Cuando los tres se reunieron en 1956 en Estocolmo para recibir el Premio Nobel de Física, la atmósfera resultó glacial: fue la última vez que los tres coincidieron en la misma habitación..."
ENLACE:
- 60 años de transistores: la carrera por ser cada vez más pequeño. EL PAÍS
-

EL PRIMER SATÉLITE:

"...El viernes, 4 de octubre de 1957, el mundo quedó pasmado al saber que la Unión Soviética había logrado poner en órbita un satélite. El Sputnik I medía tan sólo cincuenta y ocho centímetros de ancho y no hacía gran cosa al tiempo que daba vueltas alrededor de la Tierra a cuatrocientos ochenta kilómetros por minuto. Sin embargo, no era eso lo que importaba: el mero hecho de que se encontrase allí arriba, sobrevolando América cuatro veces durante el primer día, constituía todo un símbolo de la rivalidad de la guerra fría, que tanto preocupaba al mundo de posguerra y de la que, al menos por un tiempo, los rusos parecían estar a la cabeza.El New York Times recibió la noticia avanzada la tarde y, a la mañana siguiente, dio el inusitado paso de imprimir un titular de tres líneas, en mayúsculas de gran tamaño que ocupaban todo el ancho de la portada:

La Unión Soviética lanza al espacio un satélite de la Tierra; se encuentra en órbita alrededor del planeta a 30 000 km/h; se ha seguido la trayectoria de la esfera mientras cruzaba cuatro veces sobre los EE. UU.Sólo entonces cayó en la cuenta el dirigente ruso, Nikita Kruschev, de la gran oportunidad propagandística que suponía el lanzamiento del Sputnik en el contexto de la guerra fría. La edición del Pravda del día siguiente fue bien distinta de la del día anterior, que había dedicado sólo una columna al acontecimiento. «El primer satélite artificial de la Tierra ha sido creado en la nación soviética», decía el titular, que ocupaba también el ancho de la primera página. El diario publicaba asimismo las felicitaciones que llegaban a raudales, procedentes no sólo de lo que pronto serían conocidos como estados satélites de la Unión Soviética, sino también de científicos e ingenieros occidentales..."

ENLACE:
- El momento Sputnik. EL PAÍS.

-Los 10 grandes hitos del hombre en el espacio exterior.
FORMULARIO:


No hay comentarios:

Publicar un comentario